Yo no tengo casa

El 3 de julio del 36, la doctora Amparo Poch y Gascón escribía estas líneas en la publicación de Mujeres Libres:

"Yo no tengo la casa, que tira de ti como una incomprensiva e implacable garra; ni el derecho, que te limita y niega. Pero tengo, Amado, un carro de flores y horizonte, donde el Sol se pone por rueda cuando tú me miras... cuando tú me besas."

Hace unos años, Pedro G.Romero me pidió un escrito que acompañara la proyección de la película Perros callejeros en una exposición. Reescribí la carta de Amparo Poch, poniéndola en boca de un cuerpo libre, desatado, finalmente sacrificado por el orden de la ciudad. La ciudad de Barcelona.

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"Yo no tengo casa. Te ofrezco un salón con mil calles, que llevan los nombres de un país entero; un dormitorio abovedado, con todas las galaxias colgando de las vigas; un pasillo de rincones infinitos, una cocina en la que crecen huertos y una escalera de caracol para subir, de noche, a las azoteas. Derrumbo mis cuatro paredes por ti. Salto verjas, abro ventanas, reviento cerrojos porque yo no tengo casa, sólo un horizonte que ofrecerte. Sin cuadros, sin neveras, sin cajas fuertes. Sin sueldo ni hipoteca. Sin futuro y sin cuenta corriente. Todo este mar, tan gris, es para ti. Y esta montaña pelada que abraza la ciudad. Y estas calles, que se abren a nuestro paso. Y este mundo, herido de zanjas, túneles, obras y peajes, en el que voy a cavar tu jardín. (...) Yo no tengo casa. He declarado la guerra a la guerra. No dejo el mundo atrás sino que me zambullo en él como un nadador apasionado. Quiero tragar las olas del mar. Quiero sentir la velocidad que no tiene prisa ni va a ninguna parte. Que mis amigos me lleven lejos y mis amores no me protejan. En mis pasos resuena el eco de un nosotros. Juntos, podemos morder la realidad."